In Memoriam Gelasio Fernández del Castillo
Palabras de Juan Antonio Jorge Peraza, el 17 de noviembre de 2022 en el acto de entrega de los Premios Enogastroturismo de la Universidad de La Laguna, celebrado en el Teatro Príncipe Felipe de Tegueste.
Firmeza y ternura. Firme en lo correcto y coherente. Ternura para valorar lo sencillo: la naturaleza, el amor, la amistad…
Compleja tesitura la de hablar de Gelasio Fernández del Castillo en su homenaje póstumo, auspiciado por la ULL y el Ayuntamiento de Tegueste, porque todo no se puede reflejar en palabras. La suerte es que para quien lo conoció ya todo estaría dicho. Como dice de él su amigo de la infancia Vidal Suárez, no es fácil que en una persona se den tantas maravillosas actitudes. Afable, conversador incansable, reflexivo profundo (hasta que no estuviera convencido no daba el paso; una vez dado no había vuelta atrás). Persistente y entusiasta, divertido y muy risueño. Amigo en letras mayúsculas.
Pero este homenaje no es sólo para agradecer sus actitudes personales. Hay un trabajo inmenso que él desarrollara del que estarían agradecidas las huertas de su finca, el Pilón, con ese ejército de insectos, animalitos diversos, toda la flor, todo el aire, todo lo vegetal. También su municipio, al que siempre llevó en su personalidad con orgullo. Gelasio, “el de Tegueste”. A cuántas personas de otros lugares les habrá supuesto una alegría esa honorable referencia
Nació en Tegueste el año 1954, en una familia sencilla y muy trabajadora. Sus hermanos Conchi, Aurora, Germán y Loli. Su padre, dedicado a las labores del campo y su madre a la de regentar una “venta”. De las de antes, de las de siempre, la Venta de Lola.
Germán, Lola. La abuela Justa, las grandes referencias que marcaron las luces en el camino de un ser tan especial. De ellos aprendió que las tierras no se podían vender, porque en momentos de escasez son un recurso de subsistencia. Su niñez transcurre disfrutando también de los juegos en las calles de su pueblo, estudiando en el colegio La Salle de la Laguna y en la escuela de su tía María del Carmen. Su inquietud le lleva a trasladarse a Venezuela, a conocer y trabajar el mundo de la hostelería y a la vuelta se centra en un negocio de vending, de máquinas expendedoras, afrontando la década de los 90 con lo que él siempre llamó “Retos de la vida”.
Con una firmeza espiritual encomiable, en la familia que crearon él y su querida Ani, en la que brillan sus hijos Ruth y Borja, y su nieto, Simón, han quedado marcadas sus directrices, sus propuestas para vivir con coherencia en este planeta nuestro cada vez más surrealista y avasallado; su legado también queda en sus amigos, quienes tuvimos la suerte de vivir su amistad. Conocidos, compañeros de trabajo, de ejercicio político, transeúntes anónimos que agradecían una sonrisa siempre presente aún sin conocerse, esa cordialidad innata que define a personas de espíritu noble y convicciones firmes. Un buenos días, un saludo que nos rompa de la frialdad de personas que se encuentran pero que muchas veces ni se miran.
El otro gran legado es su amor a la naturaleza, para disfrutarla en su estado puro y para hacer trazos de naturaleza con sus manos. Su finca, la Finca Ecológica El Pilón, ubicada el enclave del Caidero, a 300 metros del Parque Rural de Anaga, es resultado del compendio de diferentes conceptos como: agricultura ecológica, divulgación, formación, apuesta por la salud o el bienestar del entorno. La finca, tierras heredadas de sus padres, tiene una hectárea de extensión y ha sido catalogada como finca ecológica por el Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica (CRAE) en el año 2010
Como alguna vez manifestó Gelasio: “Desde niño me dedicaba a la agricultura acompañando a mi padre en las labores de la tierra, donde fui testigo del paso del cobre y del azufrea la utilización del uso de los fitosanitarios en grandes cantidades, observando el retroceso que originaba en la biodiversidad y las enfermedades que generaba. Es por ello, que me decanté por un modelo alternativo de cultivo, más respetuoso con la vida, tanto para la salud de los humanos como para el medioambiente.
En su inquietud por desarrollar modelos de cultivo sostenibles, Gelasio tuvo la suerte de conocer la labor de la Asociación Vida Sana, pionera de la agricultura ecológica en España, recibiendo formación y visitando fincas piloto en Cataluña que fueron el estímulo y referencia para su proyecto agroecológico.
A partir de ahí todos los referentes se fueron uniendo para consumar su sueño, y así, personas como Gaspar Caballero de Segovia, que crea un método que será el que se aplique en la mayoría de los huertos escolares, sería alguien importante en su universo de compromiso por la vida y en el ámbito personal.
La armonía de la naturaleza se traduce en El Pilón en la organización en bancales y pasillos para no pisar la tierra de cultivo, el uso de compost o estiércoles compostados con los restos de poda como fertilizantes, los sistemas de riego exudante, o la asociación de cultivos y rotaciones sobre el mismo terreno para que los cultivos sólo se repitan una vez cada 4 años en el mismo bancal.
Según relatase el propio Gelasio: “Creo que lo que hemos conseguido en la finca ‘El objetivo de El Pilón’, es divulgar en la práctica todo aquello que se aprende en la teoría. En mi opinión, la carencia con la se encuentran las personas que se acercan al mundo de la agricultura ecológica es la falta de ejemplos prácticos en los que se refrende lo aprendido”.
Gracias a su labor en la lucha por la agro diversidad el municipio de Tegueste ha logrado traspasar las fronteras internacionales, despertando el interés de nombres conocidos en la agricultura ecológica mundial como Mariano Bueno, Jairo Restrepo (un referente en el estudio de la fertilización orgánica en el ámbito mundial), Francisco Marco Rubio (presidente de la Asociación Española de Jardinería Ecológica), así como otros especialistas, agricultores y estudiantes procedentes de otros países.
Según nos relata su familia: Un momento importante es cuando Gelasio empieza a sentir la necesidad de compartir aquello en lo que creía y de enriquecerse con las aportaciones de otros y otras. Y la finca empieza a ser visitable a los interesados en la experiencia y continúa siendo también contexto para la formación de algunas iniciativas puestas en marcha por distintas personas y entidades.
Este enriquecimiento comunicativo se ve acrecentando cuando Gelasio, hombre analógico, da el paso a lo digital y crea el Blog de la Finca. Comienza a difundir su experiencia publicando sus ideas y conocimientos en formato escrito, vídeos y fotografías. Es un momento de explosión que vive intensamente, como él solo sabía. Y sigue avanzado en su experiencia y en compartirla guiado por su convencimiento de que la agricultura ecológica es un medio para lograr un mundo mejor habitable y más feliz.
Otra faceta muy importante que hay que describir en la vida de Gelasio Fernández del Castillo tiene que ver con su paso por la política. La lucha por mantener intactas las señas de identidad de nuestro territorio, la lucha por mejorar el entorno en el que nos desarrollamos hizo que asumiera el cargo de concejal de Desarrollo Económico y Empleo en el ayuntamiento de Tegueste a partir de las elecciones del año 2003, con la inquietud por impulsar el sector Agrícola y Empresarial del Municipio. Esta faceta sirvió para intentar hacer realidad su sueño de convertir su municipio en un entorno sostenible, sin perder su esencia como espacio agropecuario y buscando fórmulas modernas para la revalorización de productos y la creación de sinergias entre las personas y entidades vinculadas al desarrollo de nuestra sociedad. El Mercadillo de productos agrícolas y artesanía, una gran cantidad de actividades formativas, la puesta en funcionamiento de proyectos novedosos como parques temáticos vinculados a la agricultura, apoyo a iniciativas como la Ruta del Vino, redes de abastecimiento de aguas, el desarrollo de la Agenda 21 local, acondicionamiento de caminos y un largo dossier de distintas iniciativas, señalan como muy significativo e inolvidable su paso por la política municipal teguestera.
Toca continuar, quizá concluir ese sincero y sencillo homenaje a un ser que nos cautivó con lo sencillo para hacernos crecer como personas hasta hacernos sentir parte de un universo, el de nuestra comunidad, el de nuestro planeta, nuestro universo personal, infinito y diverso como el de las plantas y sus habitantes. Gelasio nos conoció para querernos y en su amor viviremos cuando la armonía nos defina y nos bese el aire.
Para Gelasio, alma de la Finca El Pilón, amigo del alma.
“Tegueste son los perales y los visillos grises de un alisio benevolente. Allí cimbrean vivaces los manzaneros en El Pilón. El mítico longán, con su fuerza de dragón, musita misterio; mientras los aguacateros ponen suavidad y los mangos hermosura.
Hace humilde su presencia el mandarino cuando el astringente guayabo intenta llenar todo el espacio. Un espacio que se hace infinito en El Pilón, preñado de la luminosidad del naranjero, de la que se esconde el íntimo limecuat.
Entre el fragor de lo verde, los granados festonean su color de la sangre; la pomarrosa y el moral se autoasignan delicadeza y dulzura.
Como añorando tierras más secas, el almendro luce su rusticidad, la higuera el vigor; con templanza, el limonero enarbola su acidez de gusto ambivalente.
Los perales, multisabores y diversos, ¡¡los perales son de Tegueste.!!
El duraznero esboza su secreto y se ofrece como la tentación, en franca complicidad con el romero y las aromáticas, dulce provocación que se hace hechizo y fragancia en la inmensidad de la noche. Lavanda. Incienso. Salvias. Borraja. Ruda.Tomillo. Curry. Jazmín…
Un ejército de olores y sabores se hace fuerte en El Pilón como un bastión del aroma, amante fiel de los sentidos. Allí donde, cual sobrios vigilantes de la biodiversidad, se yerguen el pino canario, el barbuzano, palo blanco, laurel, madroño, sauce canario, el peralillo salvaje, ¡¡el mocán!!! compañero del mágico sentimiento, idílica evocación del mundo guanche.
Tegueste son los perales y son las dulces prestancias de la Naturaleza en forma de hipéricos, malfuradas, jaras, balillos, bencomias, magarzas, borrajas, tapetes o caléndulas.
Tegueste es El Pilón; la amistad, el agasajo en su bajel de múltiples aromas y sentimientos, colores y gestos.
El Pilón es el mejor regalo y la suerte del más profundo amor a la vida en su encuentro.”
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