El Enoturismo es esperanza para el sector primario del Archipiélago
Las actividades en territorios rurales y al aire libre son dos características predominantes e inherentes al enoturismo que han tenido protagonismo en la recuperación turística del Archipiélago
El Enoturismo, como su propia palabra lo indica, entrelaza el sector turístico con el mundo del vino. Es decir, se centra en ofrecer experiencias y actividades turísticas a partir de la apreciación de los vinos, sus tradiciones y la cultura local de cada región. Es un turismo por zonas de cultivo y producción de vino con visitas a los viñedos y a las bodegas, que se refuerza en su discurso y oferta con los bienes tangibles e intangibles con que cuenta el territorio.
Esta definición de Enoturismo es la que defiende la Cátedra de Agroturismo y Enoturismo de Canarias del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria y de la Universidad de La Laguna. El aula impulsa la investigación y la transferencia de conocimiento en materia de agroturismo y enoturismo. Su objetivo principal es generar conciencia y contribuir con el desarrollo responsable, sostenible y accesible de la actividad turística. Se busca entrelazar y poner en contacto directo a las personas con las actividades agropecuarias. En este sentido, la misión se centra en trabajar con todos los actores de la cadena de valor del enoturismo, los sectores del vino y del turismo, así como otros sectores económicos y entidades públicas con competencias en el desarrollo del territorio enoturístico. Por ello, el enoturismo canario se convierte en una referencia mundial.
El actual contexto ha motivado un crecimiento de la demanda de la actividad, teniendo en cuenta las características inherentes asociadas al enoturismo. Pero, ¿cuál es el papel del enoturismo y su relevancia en el sector primario y la actividad turística canaria? Gabriel Santos, subdirector de la Cátedra explica: “la pandemia ha provocado cambios en la demanda turística, y nos ha hecho reflexionar sobre el importante papel que juega el sector primario en nuestro día a día”. Asimismo, añade que “el enoturismo debe de ser el denominador común para un nicho turístico y temático y, al mismo tiempo, debe ser repartido durante todo el año. Así no solo le proporciona al subsector vitivinícola, sino también al agricultor o al ganadero nuevas actividades económicas que colaboren con el mantenimiento de la actividad agropecuaria”.
El turista y la población local busca nuevas ofertas de ocio, en zonas menos pobladas, evitando así grandes aglomeraciones y distribuidas a lo largo de todo el año. El enoturismo ofrece estas características y al mismo tiempo se convierte en una oportunidad para diversificar la oferta y trabajar arduamente en la sostenibilidad no solo del turismo, sino también del sector primario del Archipiélago. Según Santos, “Canarias debe invertir en experiencias de calidad vinculadas a nuestros tesoros agrícolas”.
Este punto de vista es compartido por diferentes actores del sector que también apoyan la importancia del enoturismo en el desarrollo del sector primario canario. Así se ha expuesto en las dos mesas de trabajo técnicas que ha desarrollado la Cátedra de Agroturismo y Enoturismo de Canarias, en la que han participado representantes del Clúster de Enoturismo de Canarias, la Ruta del Vino de Gran Canaria, las Denominaciones de Origen de vinos del Archipiélago, técnicos insulares de los proyectos “Saborea España” instaurados en diferentes islas, así como agentes turístico de entes públicos, y empresarios individuales.
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