LA CÁTEDRA DE AGROTURISMO Y ENOTURISMO CUMPLE CINCO AÑOS CON MÁS DE 1.000 ACCIONES FORMATIVAS Y 6.000 DE SENSIBILIZACIÓN
La Cátedra de Agroturismo y Enoturismo de Canarias del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria Universidad de La Laguna celebró ayer, jueves 9 de mayo, un acto conmemorativo por su quinto aniversario que contó con la presencia del rector de la institución académica, Francisco García, el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, y el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria, Narvay Quintero. Durante este lustro, la entidad ha desarrollado actividades en todo el archipiélago y otros territorios de la Macaronesia, con 1.000 acciones formativas y 6.000 de sensibilización y creación de opinión.
El rector valoró de manera muy positiva el modelo de cátedras institucionales y de empresa por su potencial para vincular la academia con los sectores productivos bajo un objetivo común. En la actualidad, ya hay 23 de estas entidades y recientemente se ha firmado la creación de dos más, junto con el Gobierno de Canarias y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, sobre Comercio y Turismo y Datos. En el caso concreto de la de Gastroturismo y Enoturismo, alabó que haya alcanzado una dimensión autonómica y se centre en crear sinergias entre dos sectores claves. “Canarias va seguir siendo líder en turismo, pero tenemos que ser capaces de generar valor propio vinculado a lo que somos, al territorio, y eso es lo que busca esta cátedra”.
El presidente del Gobierno de Canarias Clavijo calificó la cátedra como “un proyecto de éxito” y destacó el compromiso de la institución académica con el desarrollo regional. “La Universidad de La Laguna siempre ha mostrado predisposición a probar cosas nuevas, a acompañarnos y a asesorar” dijo para, a continuación, explicar que el propósito de la cátedra es, entre otros, lograr que el turismo sirva como apoyo al sector primario y propicie que ambos se complementen. “Queremos que quienes nos visiten no se queden solo en los hoteles y también tengan una experiencia gastronómica”.
El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria recordó que en 2015 recibió el mandato del presidente Clavijo de intentar que el turismo, principal industria de Canarias, estableciera sinergias con otros ámbitos, como el sector primario. Así surgió el proyecto Crecer Juntos, gracias al cual se desarrollaron millares de actividades y en 2019 desembocó en la creación de la cátedra, vehiculada a través del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria “Siempre pongo como ejemplo que es imposible irse de Lanzarote sin visitar La Geria. Canarias no se puede entender sin el sector primario, que nos alimenta, pero también lucha contra el cambio climático y la desertificación”.
En el acto también estuvo el actual director de la cátedra, el profesor del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología Farmacéutica Jesús de las Heras, quien hizo un balance de la actividades de la cátedra estos últimos cinco años, recordando que el proyecto se prolonga mucha más allá en el tiempo, pues surgió como evolución de un Aula Cultural de Enoturismo y Turismo Gastronómico fundada en 2011 por el profesor ya jubilado José Antonio Lastres y el consultor de enogastroturismo Gabriel Santos, actual subdirector de la cátedra. De cara al futuro, planteó tres grandes retos: internacionalización, especialización y consolidación en territorio canario.
Análisis sensorial
En la ceremonia también intervino Virginia Fernández Ruiz, de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, quien dictó una pequeña conferencia titulada “El análisis sensorial como herramienta de valorización de los productos agroalimentarios locales”. En ella explicó en qué consiste el análisis sensorial, un método de investigación científica que utiliza a seres humanos como instrumentos de medida, lo cual comporta sus dificultades pero, con la debida formación, permite obtener datos medibles y rigurosos.
Explicó que este tipo de análisis utiliza, por un lado, los informes obtenido por personas entrenadas en degustación, capaces de aportar un juicio técnico, a quienes denominó “jueces” y, por otro, la opinión de usuarios sin formación, que pueden aportar una visión más real de los intereses del mercado. Con la combinación de ambas opiniones es posible extraer diferentes perfiles de consumidores para diseñar productos específicos para cada uno.
La ponente expuso diversos tipos de cuestionarios utilizados para evaluar tanto la aceptación del producto analizado -en este caso, vino- desde el punto de vista del placer que provoca, como un elemento a priori más difuso: el bienestar, entendido como algo más que la experiencia sensorial y que posee cinco dimensiones: física, social, emocional, intelectual y espiritual.
La experta consideró que estas herramientas puedes utilizarse perfectamente para analizar productos alimentarios de cercanía y, de ese modo, ponerlo en valor en el mercado local. Esto contribuiría no sólo a la economía, sino también a la sostenibilidad medioambiental, al favorecer el consumo de productos de la región, que generan menor huella de carbono.
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