«Solo reduciremos la violencia contra las mujeres si reducimos la desigualdad»

«Solo reduciremos la violencia contra las mujeres si reducimos la desigualdad». Con esta máxima clausuraba la Dra. Esther Torrado Martín-Palomino la conferencia: «Las universidades africanas ante el reto de la igualdad de género», celebrada el pasado jueves 2 de marzo en el Aula Magna del Aulario César Manrique, organizada en el seno del Proyecto INTRAPI (Retos desde la Innovación y la Transferencia en Políticas de Igualdad Canarias – África), por la Red CIMPI de cooperación universitaria.

Durante la conferencia, a la que asistí, tuvimos la oportunidad de escuchar a profesoras/es de universidades africanas presentar diferentes experiencias que sus instituciones académicas vienen aplicando en materia de igualdad, así como los principales retos a los que se enfrentan en este campo y sus posibles factores explicativos.

Suárez, E. (2023). Conferencia Universidades Africanas Igualdad [Fotografía]. Universidad de La Laguna. https://www.ull.es/portal/noticias/wp-content/uploads/sites/13/2023/03/Universidades-africanas-igualdad–1024×682.jpg

De esta forma, algunas de las ideas aportadas fueron que:
  • La desigualdad de género es un fenómeno multidimensional que combina aristas socioeconómicas, políticas e históricas que se entrelazan con aspectos culturales y los propios de la religiosidad popular.
  • Aunque en muchas naciones sus Constituciones o leyes establecen de iure una igualdad teórica entre hombres y mujeres, esta no es efectiva de facto ni se ha hecho verdaderamente patente, pues a nivel de calle persiste la desigualdad, y parece que aún queda un amplio camino por recorrer hasta su materialización.
  • Aunque existen diferencias significativas entre países y etnias, la organización social suele ser desigual y tiende a situar a las mujeres en una posición subordinada que, con el tiempo y la retroalimentación que ejercen entre sí las dimensiones sociocultural, religiosa e institucional, se agrava y acaba por ratificar la desigualdad.
  • Nacer hombre o mujer influye sobre la concepción propia de la idea de “género”, y contribuye a que en el imaginario colectivo de muchos países se entienda que existen tareas específicas de cada sexo.
  • Escasean las estructuras que abran el debate en torno a la cuestión del género.
  • Las violencias físicas y morales contra las mujeres subsisten y, junto con las representaciones sociales de los roles de cada género, limitan las perspectivas escolares, profesionales, familiares y maritales de mujeres y niñas.
  • En algunos países las mujeres con empleos de alto cargo se exponen a una doble responsabilidad, porque, a la inherente a su puesto de trabajo, se le sigue sumando la responsabilidad del cuidado familiar, lo que cercena las posibilidades de muchas féminas para poder aceptar este tipo de trabajos.

Con ello, quedan abiertos algunos retos a futuro desde la Universidad. A tal efecto, el mayor reto de hoy no es tanto facilitar el reconocimiento de los derechos de las mujeres, sino acabar con las discriminaciones que impiden su plena participación en todas las esferas de la vida.

Por ello, las universidades han de investigar y comprender mejor el concepto de género, la desigualdad asociada a él, la institucionalización del género en el entorno organizacional y las implicaciones de la tradición y los comportamientos paternalistas-patriarcales sobre la desigualdad.

Asimismo, han de poner en valor la investigación en género y hacer comprender al estudiantado su importancia, mediante la diseminación del conocimiento científico desarrollado, a fin de sensibilizar sobre la necesidad de las mujeres de participar activamente en todos los ámbitos de decisión y de la vida.

Parafraseando a la Dra. Torrado Martín-Palomino, solo accederemos a una auténtica igualdad de género con el consentimiento de los varones a renunciar a sus privilegios y apostar por la justicia equitativa; «solo reduciremos la violencia contra las mujeres si reducimos la desigualdad».