Contexto sociodemográfico

Canarias es una de las Comunidades Autónomas españolas con mayor incidencia de la población de origen extranjero, cifrada en 438.230 personas en 2021 (ISTAC, datos provisionales), de las que el 51,6 % son mujeres. Esto ocurre tanto en términos absolutos (se sitúa sólo por detrás de otras cuatro regiones, a saber, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía), como en términos relativos, puesto que supone una quinta parte de sus habitantes, concretamente el 20,2 %, por detrás de Baleares (24,2 %) y Melilla (23,4 %) y casi al mismo nivel de Madrid (20,5 %) y Cataluña (20,4 %). Si la población del archipiélago constituye el 4,6 % del total estatal en 2020, la fracción de las personas nacidas en otros países se eleva al 6,1 % de las más de siete millones empadronadas en España en la fecha antes citada.

La movilidad internacional ha incrementado y diversificando la población del archipiélago de manera significativa en el presente siglo (el 73,7 % del crecimiento registrado en las dos últimas décadas se debe al asentamiento de personas de origen extranjero), repercutiendo además en la ascendente multiculturalidad de las islas. A esto, deben añadirse los efectos de protagonizar el hito geográfico principal de la denominada ruta atlántica, que implica la afluencia de personas migrantes en situación administrativa irregular por vía marítima desde las costas africanas occidentales. Esta manifestación de la inmigración registró 23.023 llegadas a Canarias en 2020, el 57,4 % de las producidas en el conjunto del país.

En cuanto a la procedencia de las personas inmigrantes asentadas, se ha intensificado la afluencia de extracomunitarias, debido, especialmente, al ascendente atractivo laboral del archipiélago a lo largo del tiempo, siendo los orígenes americanos los que más han aumentado en los últimos años y son mayoritarios en el momento actual (49,5 % en 2020). Luego se encuentra la población europea (35,8 %), cuyo establecimiento ha estado motivado tanto por su implicación en el desarrollo económico de la región, como por el creciente aliciente de las islas para la instalación residencial de extranjeros, a partir de las excelencias de su clima y de las facilidades existentes para la adquisición de alojamiento en lugares de ambiente favorable. Sigue siendo exigua la representación de la población de origen africano en el archipiélago (9,2 %) y en un orden todavía menor se encuentra la de ascendencia asiática (5,4 %).

Considerando la dimensión e implicaciones de las movilidades citadas, particularmente en las estructuras económicas y sociales de la Comunidad Autónoma, la (in)migración supone desde hace bastante tiempo una de las cuestiones esenciales de la agenda canaria, sobre todo cuando se intensifican los flujos exteriores, que ponen a prueba la capacidad de respuesta y acogida de las islas, aunque sea de manera temporal y buena parte de las competencias en esa materia recaigan en la administración del Estado español. 

Competencias que en otros casos sí están atribuidas a la Comunidad Autónoma de Canarias y quedaron reflejadas en su Estatuto de Autonomía recientemente renovado (2018, artículo 144):

a) La competencia exclusiva en la atención sociosanitaria y de orientación de los inmigrantes no comunitarios.

b) El desarrollo de la política de integración de las personas inmigradas en el marco de sus competencias.

c) La adopción de las medidas necesarias para la integración social y económica de las personas inmigrantes y para la garantía de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes.

d) El establecimiento, de acuerdo con la normativa estatal, de un marco de referencia para la acogida e integración de las personas inmigrantes, incluidos los menores extranjeros no acompañados.

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